Manuel A. Hernandez Rivera desarrolla su práctica en torno al entendimiento, disección y búsqueda de lo humano, de qué maneras se manifiesta, registra y deja huellas en el paso del tiempo. Su trabajo utiliza principalmente la imagen como medio para explorar  lo doméstico e íntimo al igual que en lo colectivo y popular.

A través de su trabajo percibe la imagen como una creación artificial que permea la totalidad de la experiencia humana. Este recurso perecedero de apariencia estática posee propiedades plásticas y maleables que se encuentran una vez se alteran sus cualidades originales: contexto, color, soporte o formato. De esta manera, se generan nuevos significados y lecturas partiendo de materiales existentes que han sido apropiados y reinterpretados en función de entender y explorar aspectos de la experiencia humana.

El cuerpo de trabajo desarrollado por Hernandez ha utilizado variedad de técnicas y medios con la finalidad de continuamente traducir y transcribir información existente alimentando una curiosidad ingenua que no pretende buscar certezas o respuestas. Utiliza la reinterpretación como mecanismo para generar nuevas narrativas y relaciones entre el material apropiado y el producido.